Acaba de publicarse un ensayo
punzante, emotivo, contundente, revelador, al cual no solo hacemos eco, sino
que como el Espejo de Oesed y siempre
de acuerdo con Albus Dumbledore, -suponemos que todos los lectores saben del
personaje paterno, en la saga de Harry Potter-
vemos el reflejo que muestra los "más profundos y más desesperados
deseos de nuestro corazón".
Se trata de “Apología de las
Librerías”, de Xavier Antich, pieza crítica, en el escenario del mercado del
libro y la lectura. Publicado hace unas semanas, en el diario matinal Ara -que
en el idioma catalán significa Ahora- se inscribe justamente, en la idea que
nosotras, LibrArte la Librería de Tejupilco, hemos plasmado con
nuestra presencia en el mercado de las librerías en México. Son los deseos, que
como el afiche citado, dice que “la persona más feliz en el mundo se miraría en
el espejo y vería su reflejo, exactamente de la forma en que él o ella es: Esto no es tu cara, sino de tu corazón el
deseo".
Hemos de apuntar, que usamos
deliberadamente la noción de justicia y no de exactitud, en este preámbulo
necesario, al explicar nuestra apuesta para el Fomento y Difusión de la Literatura
Infantil y Juvenil en nuestra región,
porque España no es México y menos la región de la Cataluña es la
“Tierra Caliente”, donde se asienta Tejupilco, por lo que nuestra realidad –la
de la librería y la de los lectores; la del comercio de los libros y el fomento
y promoción de la lectura- son completamente diferentes.
No obstante, existe concordia en el
uso de los términos empleados, ya que si Antich habla de “mutación de los
hábitos culturales” y destaca la trascendencia que “rara vez se recuerda… que
los escolares han dejado de ir a las librerías con normalidad y regularidad,
desde el momento en que las editoriales se dedicaron a vender, en las mismas
escuelas, los libros que los estudiantes debían comprar”
Eso y más son las cumbres que tenemos
por conquistar, las escasas librerías que hay en México, que además de la
competencia que significan las editoriales, el asunto del precio nacional del
libro, los segmentos de mercado de libros plagiados, el comercio ambulante, la
presencia del crimen organizado -que en nuestra región es pandemia- tienen que
resolver un problema mayor: la
definición misma de la naturaleza y papel de la librería.
Roto el pacto que confiere a las
librerías el privilegio de ser el lugar del descubrimiento de los libros (sigo con
Antich), en España hay un problema de mercado “desde el momento en que las
librerías prefirieron tener usuarios que lectores”
Por desgracia, en nuestro país
suceden cosas más graves, que un asunto de oferta y demanda. Porque lo que se
ha roto en México, desfondado, es la moral y la política. Vivimos en un estado
de bancarrota pública, más grave que la financiera. Estado de pérdida nacional,
que se caracteriza por la impunidad imperante en la sociedad. Crímenes
impagables porque se cometen, no como resultado de las necesidades de
subsistencia –crímenes famélicos- ni como producto del cálculo entre los
riesgos y perjuicios que implica satisfacer el apetito de hacer daño a
terceros. Son crímenes inexcusables, irreparables, “cometidos generalmente por
esos gobernantes que todo desgobiernan” (Patricio Marcos), movidos por una
voracidad enfermiza, a sabiendas de que no reciben castigo alguno.
Por fortuna, nosotras no miramos en
esa dirección. ¡No podemos ver la vida así!
La denuncia ayuda, pero no resuelve nada, sin los actos buenos y bellos, que como el
fomento a la lectura, invierte en una esperanza ganadora. Hablamos de un
universo de más de 125 mil niños menores de 15 años, que comprenden los
municipios de Temascaltepec, Tlatlaya, Luvianos, Amatepec y San Simón de
Guerrero, además de nuestra casa en Tejupilco.
Porque estamos convencidas que las
Librerías, más que vender libros, somos Centros Culturales: recintos para el
encuentro entre autores y lectores, oráculos donde encontrar resoluciones a las
dudas de cada uno y de todos, ventanas para asomarse a lo desconocido, puertas
para abrir, espacios infantiles, diálogos con la historia, arcanos de poder,
valladares contra el oscurantismo, barreras infranqueables, la última línea
contra el despotismo de los gobernantes.
Porque sin proponérnoslo
deliberadamente, somos engranaje fundamental de la Política Educativa de la
Tierra Caliente mexiquense. LibrArte se ha convertido en
palanca de velocidades que acelera el desarrollo cultural en una región atávica
y conservadora, en favor de grupos beneficiados con el NO Leer y Escribir.
“En medio de la precariedad generalizada y el
desánimo al que tantas cosas nos invitan, las
librerías son una embajada de futuro.” En Tejupilco y el sur del estado de
México, somos más que eso: constituimos el medio comercial apropiado para
revolucionar los caciquismos regionales, en comunidades políticas.
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