LA ACADEMIA MEXICANA DE HISTORIA
INVITA AL CICLO DE CONFERENCIAS
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DEL
LIBRO Y LA EDICIÓN EN MÉXICO
Edición, Comercio y Política en
Aguascalientes Durante la Reforma Liberal
Calíope
Martínez
Quienes
somos parte de este Ciclo de Conferencias sobre la Historia del Libro y la
Edición en México, de nuevo hemos tenido la oportunidad y fortuna de conocer un
episodio por demás interesante de la historia de nuestra PATRIA, y para muchos,
como es mi caso, inédito. Son relatos que hay que contar, platicar, saber y
conocer. Pero yo opino que de otra manera: más dinámica, alegre y sobre todo
mayéutica... como el arte de partear, el estilo socrático para ayudar a parir
conocimientos.
Porque escuchar una lectura con fallas y media atropellada, de textos de la misma conferencista que se encuentran disponibles con solo “googlear” José Chávez Aguascalientes, me lleva a preferir la lectura anticipada de una selección de referencias bibliográficas, quizás una guía temática que señale los nombres o temas a revisar, o cuando menos, generalidades o particularidades con el tema a tratar. Porque debo confesar que no he presenciado ninguna de las conferencias que se han impartido a la fecha en este Ciclo, de manera directa, “en vivo”, porque es demasiado el tiempo de su duración y se agota mi paciencia. He pensado que esto tiene que ver con la inferioridad manifiesta de todo lo “digital”, porque no se compara una cátedra presencial con estos monólogos “en línea”. También he pensado que esta forma de comunicación académica abarata los costos y que estamos en pandemia de salud, pero habría que acudir al estilo de las clases que desde hace muchos año ofrece por ejemplo COURSERA, que concentran la atención de los que hemos participado en ellas.
Porque el tema, sí que ha resultado tan interesante como apasionante. Sobre todo la estampa y estatura del personaje protagónico. José María Chávez Alonso (1812-1864), su hermano Pablo y en sí, toda la familia Chávez, que constituyen un hito en la historia social, política, cultural, educativa, económica, además de editorial y libresca de la naciente Entidad Federativa y podría decir ahora, de toda la nación mexicana. José y Pablo Chávez, dos mexicanos liberales, ilustrados, nacionalistas, dedicados al trabajo, entendidos de la naturaleza de la historia y política de nuestro país, además, son mártires sacrificados por el ejército invasor, capturados y fusilados por las tropas francesas, en la Hacienda de Mal Paso, Zacatecas en 1864.
Considero que siendo importante en la historia de la edición en México, el trabajo y legado de los hermanos Chávez, es mayor la obra social, política y educativa que nos hereda esta familia, como otras muchas más a lo largo y ancho del territorio nacional, cuyas biografías se pierden o se han extraviado en el pasado nacional de nuestro país.
Entonces, las etapas en que se ha dividido la historia de la imprenta en Aguascalientes, solo se puede entender de la mano de los vaivenes por los que tránsito la erección de Aguascalientes como entidad libre y soberana.
Que el
estudio de la imprenta en Aguascalientes, como tema específico, ha permitido
observar su propia historicidad, identificando tres momentos: el de la
primera imprenta, de 1826 a 1846; la etapa en que no hubo imprentas en la
entidad: dice la ponente que “Es muy difícil conocer las causas de la nula
existencia de imprentas en la etapa entre 1840 y 1846, pero podemos suponer que
las políticas del poder local en contra de la libertad de imprenta pudieron
haber influido.
Y en seguida, lo que le llama la Maestra Calíope: Hegemonía de la familia Chávez, de 1847 a 1873, que solo puede entenderse como la suma de su obra en talleres tan cercanos, lejanos solo en apariencia, como lo son la herrería, carpintería, fundición, imprenta, el taller de escuela gráfica y todo el Proyecto Educativo encabezado por José M. Chávez: periódico, grabados, imágenes, poesía, novela (la publicación de novelas por entregas*). La trascendencia de la imprenta De El Águila, los procesos de autoaprendizaje y los problemas inherentes a la operación de un proceso de impresión de esta naturaleza, por la escases de insumos, de mano de obra calificada, por la poca población que habitaba la región y en cambio, el muy elevado índice de analfabetismo propio de la época (aunque hoy en día, en México se vive un problema peor: el analfabetismo funcional).
José
Chávez también incursionó en actividades relativas al turismo (Hotelería), la
comunicación (Correos), además de ser abuelo del eminente músico y compositor
Carlos Chávez (1899-1978) y que en su legado, “tras estar al frente por dos
años como director de la imprenta de gobierno, en 1849 estableció su taller
“El Esfuerzo”, que sería un hito en Aguascalientes y casi un mito en cuanto
a la organización del trabajo, con influencia del socialismo utópico, basado en
el autoaprendizaje obtenido por la experiencia y también por la lectura de
nuevos métodos y técnicas.”
José
María fue un defensor, difusor y promotor de la enseñanza de las artes, para su
aplicación en el trabajo manual, para
lograr una mejora en las condiciones de vida de los artesanos. Que tras la
muerte de los hermanos Chávez (ambos fusilados por el enemigo invasor), en El Esfuerzo, el taller fundado por José
y Pablo Chávez, convertido ahora en taller litográfico y propiedad de Trinidad
Pedroza, se inició como aprendiz, el inmortal grabador, ilustrador y
caricaturista, José Guadalupe Posada (1852-1913)
Hoy en día, el estado de Aguascalientes es sinónimo de oligarquías de las riquezas. Recinto de los sectores más conservadores y reaccionarios de México. Patio a donde se han ido a instalar todas aquellas plantas industriales empeñadas en castigar los sueldos de sus trabajadores y obreros (el caso de la Nissan es paradigmático: el nivel salarial de su personal técnico era de $27 mil pesos, cuando operaban en Lerma estado de México, en tanto que ahora, en la “nueva” planta hidrocálida, ese promedio apenas llega a $9 mil pesos). Que Aguascalientes es la historia de peones acasillados, de vergeles y ranchos ganaderos, de ferias que harían las delicias de Dionisio; de toreros y galleros.
Es un contraste enorme, que vuelve difícil si no que imposible, rastrear una historia tan diferente a la realidad que se respira en la entidad en la actualidad: la que se labró originariamente merced al esfuerzo de una familia –parte de una sociedad- socialmente responsable, promotora del desarrollo, Maestros del Progreso Productivo y mártires del intervencionismo extranjero en nuestro territorio. Invasiones llevadas a cabo a solicitud de las mismas clases sociales que hoy 2021, se agrupan y asocian entre ellos mismos (así como en los EUNA los partidos Republicano y Demócrata son lo mismo en esencia, con ligeras diferencias en las formas) que se encueran y exhiben -son el PRI y el PAN con algunos otros institutos paleros electorales- con tal de intentar frenar a la 4T y retornar al Progreso Improductivo, además de dependiente.
Se queda pendiente la reflexión a fondo del ejemplo hidrocálido de los Chávez, el relacionado con la propiedad social en México, las figuras de propiedad prehispánicas y la modal concesión en la Colonia. Con el espíritu a la letra de los artículos 27 y 28 Constitucionales al triunfo de la Revolución Mexicana (la 3T), la educación socialista de Cárdenas, la Cultura Popular en vez de la Cultura “orgánica” -la de los “elefantes blancos” de Gabriel Zaid- y las enseñanzas traídas a nuestro país por Ivan Illich, las Sociedades Cooperativas y otras formas de organización Social del Trabajo… o muchas otras historias por contar…
No me cabe la menor duda, tras escuchar y leer a la maestra Martínez, que en ella habita el espíritu de los Chávez, pero se le chisporroteó un gazapo, producto del clima “freneatico” aguascalentense. Porque según yo, la siguiente descripción con la que cierro mi comentario sobre la exposición del 17 de febrero, la de la vida en un taller, retrata a Calíope con mayor justicia que un lapsus, de la lengua y calamitoso…
Porque además, puedo asegurar con la voz y razón de la experiencia, que la descripción de la historiadora es además de acertada, diría que muy similar a la manera como muchos accedíamos a los conocimientos de la realidad y la práctica laboral.
Yo era
hijo de “ricos” de la década de los años 60’s. No obstante, de gente
productiva, trabajadora y conocedora de oficios y artes de la transformación.
De familias interesadas en que los hijos aprendieran de la experiencia, para
ser gente útil y no burócratas o “expertos” en computación, robótica y demás
tonterías…
Es además, la nueva normalidad a la que habrá que acostumbrarnos al salvar la pandemia que nos aqueja: conocimientos necesarios, básicos, muy productivos y muy económicos… cercanos a la realidad inmediata… agradecidos y respetados. Es el antídoto indispensable para recuperar la salud mental, social y política de nuestra nación, para alcanzar con plenitud el triunfo de la 4T y con ello la restauración de la República en México.
Para adentrarnos en la vida del taller, es importante hacer mención de la organización jerárquica artesanal. El maestro artesano, que estaba arriba en la estructura, porque era el propietario del taller, ya había pasado por el proceso de aprendizaje, había hecho funciones de oficial y era, como lo dice el propio concepto, un experto en las habilidades propias del oficio al que se dedicara. A él le seguían los oficiales u operarios, que eran conocedores del oficio y que en algún momento podían aspirar a tener su propio taller; los aprendices, que llegaban al taller a través de un contrato entre el maestro artesano y los padres del niño o joven, no recibían un pago pero se les ofrecía manutención y los conocimientos del oficio, de esta manera aspiraban a ser oficiales y convertirse en hombres productivos. Otra manera de incorporarse al sector artesanal, al menos en el proyecto educativo del gobierno zacatecano de 1831, fue a través de las Escuelas de Artes y Oficios. Calíope Martínez
Instituto
Cultural de Aguascalientes (ICA) 01 sep. 2018 / 09 nov 2018
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Aunque el término phálanx es antiguo en la literatura de la Antigua Grecia… parece
que el término proviene de la raíz indoeuropea *bhel, con el significado de
«hincharse, crecer», con un sufijo nasal
En la tradición etimológica antigua se refería sobre todo a un segmento
o fragmento alargado y sólido de cualquier material, a veces de forma
cilíndrica. En el ámbito militar está relacionado con su forma rectangular, al
hacer referencia a «segmentos» del ejército. Sin embargo, no se puede concluir
de los usos del término y de su mera existencia en la literatura arcaica que
las phálanges homéricas y arcaicas fueran un «segmento alargado». En la Ilíada…
en las Legiones, hoplitas, Roma, Macedonia, Alejandro Magno… Aunque todo, el
falangismo actual lleva inmediatamente a pensar en la dictadura de Francisco
Franco y los medios y métodos empleados para instaurarla y sostenerla hasta su
muerte.