miércoles, 21 de octubre de 2015

CALENTANA MEXIQUENSE RADIO COMUNITARIA 98.1 FM

Hay frases que taladran los oídos. Son sketches de la modernidad, muletillas comerciales, son salidas aprendidas por los incautos seducidos por los báculos de la superación personal, por el fanatismo, adoctrinados. Porque no me refiero a la gente pobre, humilde e ignorante que a fuerza de pobreza ha terminado por someter su voluntad a los programas sociales, al acarreo y las promesas de las burocracias gobernantes. No, en esta ocasión hablo de esa clase media aspiracionista, son los azteca baby boomers, la juventud treintañera que nació en el México del TLC (1982-1994), hijos de la corrupción, de la migración “mojada”, del narcotráfico y que acepta mansamente, abyectamente, felizmente la enajenación de nuestra país a la órbita de los EUA, que persigue todo lo que represente ganancias monetarias, justifica las riquezas sin reparar en sus orígenes, destino o distribución. Son los jóvenes del “eres pobre porque quieres”, “date la oportunidad”, ¿y Tú que propones?  

Mi propuesta se llama la Radio y en esta coyuntura regional, en que por primera vez en los últimos 30 años, han aparecido dos estaciones que se escuchan en Tejupilco y en Temascaltepec, hay que apostar para que surjan otras opciones Radiales, que compitan por el gusto del auditorio, con base en la calidad de la programación, la honestidad, el valor civil, el interés común, en contra o en vez de los mensajes, del “creador”, del “padre celestial” y tanta basura chantajista, mentirosa, interesada y manipuladora; o los que fomentan el alcoholismo, promueven los vicios yanquis, el mal decir y peor lenguaje, y hacen de la zalamería ante el poder político  su modus vivendi: Me refiero a “Buenas Nuevas” y “Radio Roca”,  ni a cual irle.
Desde que llegue a vivir a Temascaltepec, gente como el Ing. Paul Stevens o el Lic. Sergio Segura me invitaron a fundar con ellos, una estación de radio: nunca se pudo. Como el tema es muy amplio,  anticipo que esta primera entrega, será el principio de una saga que se habrá de presentar, el próximo 8 de abril, en el marco de la celebración del día del “Periodista mexiquense”, en un Coloquio sobre Radio a desarrollarse muy probablemente en Luvianos, donde a la necesidad de una Radio Comunitaria le sentará, muy bien la discusión y análisis de este tema, vetado y vedado por el Gobierno Estatal.
Hay que definir a la industria de la Radio, como parte de un conjunto de actividades económicas que generalmente se relacionan entre si y que incluye, además de la Radio, a la Televisión, a la Cinematografía y a la Publicidad. De acuerdo a lo señalado por la Ley Federal de Radio y Televisión, la industria de la Radio constituye una actividad de interés público, a través del aprovechamiento de ondas electromagnéticas mediante la instalación, funcionamiento y operación de estaciones radiodifusoras, por los sistemas de modulación, amplitud o frecuencia, facsímile o cualquier otro procedimiento técnico (Arts. 3 y 4). En México la industria radiodifusora se ha utilizado como instrumento de carácter comercial que establece las relaciones y la comunicación entre la población y que, a su vez, brinda un servicio de información de gran alcance sobre los acontecimiento políticos, económicos y sociales que satisfacen no solo las necesidades de cultura sino la recreación del auditorio.
No hay que olvidar que el origen de la transmisión de la señal de la Radio se remonta a mediados del siglo XVIII, cuando los físicos Graham Bell y antes el italiano Marconi, comenzaron a transmitir a través de las ondas electromagnéticas que pudieron emitirse y captarse a través de dispositivos desarrollados por un joven alemán, Heinrich Hertz, por lo que después de 1888 mejor hablaremos de las ondas “hertzianas”
Que la historia de la radio en México está plagada de hazañas intrépidas, de hechos memorables, de personajes empresariales singulares y ejemplares y que la fuerza mayúscula de este medio que fue esencial para ordenar y organizar, desarrollar y promover a la nación mexicana a partir de la década de los años 30’s, causo asombro, y fue un hito que a la fecha continua causando envidias y sospechas, cuando el 19 de septiembre de 1985 un terremoto destrozo la Capital de la República, y el DF quedo incomunicado debido a que las torres de transmisión de Televisa se derrumbaron con estrépito, quedando varios días la capital nacional sin la señal de mayor cobertura y potencia. También se vinieron abajo las torres de Telmex, lo que ocasiono que la telefonía quedara interrumpida por más de una semana. De no ser por la Radio, la capital se hubiera quedado completamente aislada del resto del mundo.
No obstante su importancia o precisamente, quizás debido a ese gran poder de influir hasta el último rincón del territorio nacional, la Radio es un medio muy vigilado, sumamente controlado y de muy poco desarrollo como industria: a la fecha, existen en  México más de 1332 emisoras de radio, 853 en AM y 479 en FM. (Segob 2007)  En comparación, en 1977, había 803 estaciones de AM y solo 136 FM. Se observa muy poca diferencia en un periodo que comprende 30 años. Sucede lo mismo en la Radio del estado de México: de 8 y 3 estaciones en 1977, se tienen ahora solo 9 y 4 para el 2008, en AM y FM respectivamente. En comparación, en materia de Radio Comunitaria, uno de los puertos de mayor atención para quienes tenemos interés en hacer de la Radio un medio de educación y conciencia,   mientras en México existen aproximadamente 50 estaciones de este tipo, en Brasil, se tienen registradas más de 10 mil Comunitarias.
Es necesario comenzar por revisar los requisitos legales para poder operar y establecer una estación de radio. Esto es bastante complejo, pues primero que nada ser ciudadano mexicano, llenar las solicitudes que sólo admita la SCT o el COFETEL O IFETEL, una maraña burocrática. Existe también el código de honor en la industria de la radio, bajo el cual se rige la industria para evitar la difusión de cualquier material que pudiera resultar ofensivo o inadecuado, de textos considerados como fraudulentos, engañosos y obscenos, y de aquella publicidad que engañe, asiente falsedades y evite la competencia desleal entre los integrantes de ésta Industria. De tal suerte que todas aquellas programaciones trasmitidas en la radio que causen la corrupción del lenguaje y las contrarias a las buenas costumbres, ya sea mediante expresiones maliciosas, palabras o imágenes , frases y escenas de doble sentido, apología de la violencia o del crimen; se prohíbe, también, todo aquello que sea denigrante u ofensivo para el culto cívico de los héroes y para las creencias religiosas, o discriminatorio de las razas; al igual queda prohibido el empleo de recursos de baja comicidad y sonidos ofensivos. Las Concesiones de radio se otorgan a aquellas estaciones que son comerciales, mientras que los Permisos son para aquellas estaciones oficiales, culturales, de experimentación, escuelas radiofónicas o las que establezcan las entidades y organismos públicos para el cumplimiento de sus fines y servicios; es por eso que las estaciones permisionadas no pueden comercializar.
Frente a este marco jurídico y ético, no cabe la menor duda de que en el sur del estado de México, deberían revocarse inmediatamente los permisos o concesiones que usufructúan en este momento “Radio Roca” y “Buenas Nuevas” y someter a concurso los mismos y así cumplir debidamente al pie de la letra de la Ley. Creo que también habría que revocar las estaciones de radio que transmiten la programación del canal 13 de Tv Azteca (88.7 FM)  e incluso Radio Educación en los 1250 AM,  que son fatales.
O mejor, abrir el espacio aéreo para que otros concursantes, otros jugadores puedan optar por permisos para establecer otras estaciones de Radio y hacer de la competencia, conforme a la ley, el medio a través del cual se diriman las preferencias del auditorio. Entonces sabríamos quien resulta ganador del rating de la sociedad sureña: si las palabras celestiales, los albures y chistes,  o la cultura superior, la información veraz y la fiesta de la palabra