jueves, 27 de septiembre de 2012

EL ESTILO DEL GENIO


La mala educación es causa y principio del advenimiento de la dictadura y de la restauración del PRI, en la primera magistratura de la nación nuestra que es México. Es el origen y fin de todas las desgracias. Una educación que enseña a obedecer y que mal acostumbra, es decir deforma el carácter y entonces la escala de valores y virtudes éticas, simple y llanamente no existen.
En los estados donde gobierna el PRI la gente no sabe pensar y no sabe hablar y ya es perla repetida, que los primeros que deben saberlo son los mismos ciudadanos, empezando por los padres de familia y en seguida los maestros que incumplen y debieran ser el apostolado, que transforme lo malo en bueno y lo bueno en mejor.
Yo soy partidario de los pequeños cambios que conllevan a las grandes transformaciones. Enseñar al ajedrez, recordar como pensar, ver ejemplos de vida, conocer las biografías ilustres, practicar la gimnasia tanto como la retórica. Pero lo principal, tomar conciencia del estado del paciente. Diagnosticar con rigor para encontrar la cura mejor.
Me complace presentar un tónico cuasi mágico, un elixir que devuelve el vigor perdido, mi método particular de enseñanza. Se llama El Estilo del Genio y estará disponible a partir de la próxima semana en la Librería La Web o N@D@ y a continuación presento un adelanto de mi obra, dedicada a la juventud sureña de estas tierras mexiquenses, que son mi inspiración.

Al momento de ver la luz publicado este trabajo, México habrá tomado decisiones trascendentales sobre su forma de gobernarse, la organización política de la sociedad, la participación ciudadana, los derechos a expresarse, manifestarse, opinar, saber, decir, entender. Nunca como en este tiempo, México se había planteado ser el dueño de su propio destino, el arquitecto diría Amado Nervo.
Son buenos los augurios que acompañan el nacimiento de este breviario en homenaje a la inteligencia y al buen estilo en el vivir. Porque se conjugan dos tesis que sumadas dan vida inteligente, estilo brillante, sabiduría en movimiento, con otra tercera, la que ha disparado la chispa esperada hacía muchos años: la juventud mexicana.
El Estilo del Genio aborda diferentes expresiones de la humanidad sabia, a manera de epístolas muy cortas, de pequeñas capsulas inmediatas, que tienen el propósito de la reflexión y el descubrimiento. Verse en el espejo de historias personales, en la milenaria conciencia de la humanidad, desde aquellos arcanos hindúes que guardan el secreto del origen del ajedrez, hasta la ausencia pesada del poeta mexicano Octavio Paz, tomado de la mano del poeta cibernético Steve Jobs.
El Estilo del Genio es una suma de muchas biografías y de muchas voces. Aunque parezca, más que un tratado de Ajedrez, es un método infalible  para despertar la mente humana, con disciplina y constancia, rigor y trabajo. Son gotas aisladas que sumadas –el ballet, futbol, buen comer, ajedrez, matemáticas, cinematografía- con las vidas  elegidas como ejemplos -mis amigos inolvidables Guy y Paul, mi maestro Zaid o Leo Messi- se convierten en un instrumento poderoso para ser uno, de otra manera . Son los ejemplos de un deber ser y un como ser, encriptado, para leerse con mas astucia que pedagogía, con talento, en libertad, y con amor.
Pero en realidad, el verdadero espíritu que anima este libro, que empezó hace muchos años, en los patios enormes del Antiguo Colegio de San Ildefonso, en los tiempos en que curse la educación preparatoria, es la explosión juvenil que se ha destapado al mediodía, del año anticipado como cataclísmico del 2012. Ha sido la revolución de la inteligencia nacional, la valentía juvenil, lo que da cuerpo, contenido y razón de ser a esta obra, que significa lo mismo y más para mi propia persona.
Es la coincidencia de hechos anticipados, con expresiones públicas, con movimientos políticos, con principios y fines llegando a la meta, la única, la real: la del saber filosófico, puesto al servicio de la vida política activa.
Quiero dedicar este trabajo,  a todos y cada uno de los jóvenes de esta región sur del estado de México. Quisiera mencionar algunos nombres pero sería injusto, porque el valor de ellos son la suma de todos. Son los estudiantes libres de los municipios de Amatepec, Luvianos, San Simón de Guerrero, Tejupilco, Temascaltepec y Tlatlaya, ordenados por letras. Todos de alguna manera están aquí presentes en la esencia de esta obra.
El libro que ahora está en sus manos se compone de cuatro capítulos. Tratado exotérico, podría adelantar que la llave de entrada es justamente la puerta última, pero no lo es, aunque así parezca, porque allí está todo y nada.
Los tres primeros capítulos abordan diversas historias del ajedrez, del futbol - que más bien serian de la importancia de la gimnástica educativa-  y espejos particulares a los que llamo, historias de vida. Esta parte es un compendio  de principios, consejos, y experiencias,  que incluyen un capítulo especialmente escrito, para celebrar la conquista mayor de la medalla de oro olímpico, en la disciplina del futbol.
El capítulo dedicado a las Mentes Brillantes, constituye una selección personal de ejemplos variados, de las virtudes mayores que anidan en las Acrópolis perfectas.
Me resta decir que espero que este platillo sea todo un bocado generoso para el lector, que nutra su cuerpo y alimente su alma.



lunes, 24 de septiembre de 2012

LA GRAN COMILONA


Mi pasión personal por la gastronomía y la buena cocina es innata, pero puedo ubicar en la última década, cuando el gusto se transformo en oportunidades y necesidades para sobrevivir y para educar. Estar reunidos alrededor de la cocina me ayudó  a superar estados depresivos y fue instrumento decisivo, para mantener unida a la familia y enseñar a mis hijas la importancia de saber comer y de saber preparar los alimentos. La gastronomía entro en nuestras vidas con fuerza arrolladora y libero en mis muchachas instintos naturales en latencia, que afloraron con belleza y maestría.
Pero el asunto de la gastronomía ha sido testigo de un renacimiento mundial. Comer y beber bien esta íntimamente relacionado con la libertad de expresión y el ingenio ciudadano. En México se come y se bebe mejor que antes, pero solo unos pocos lo pueden comprobar, para el resto del país, igual que los derechos y libertades políticas, el buen comer esta vetado, es inaccesible y la mala educación es el puente roto que impide el gran salto del comer vulgar y sin gusto, al saborear manjares como los dioses.
Un recuento de sucesos gastronomicos que han marcado la década, son las siguientes novedades: 1) Las tiendas de congelados, capaces de ofrecer productos de todas las temporadas, de todo el mundo, en todo el año. 2) La leche sin lactosa y las variedades de soya, de almendras etc. que han modificado enormemente los hábitos alimenticios y las experiencias culinarias. 3) El queso fresco para cocinar, que ha abierto un mar de posibilidades a derivados lácteos como el feta, mascarpone, mozarella, ricotta. 4)  El mundo de los preparados inaugura para el arroz y a las pastas al minuto, un nicho de mercado insospechado. 5) Se ha desarrollado un segmento de masas de fácil preparación  como la pasta hojaldre, de galletas dulces, saladas, listas para creaciones de la cocina. 6) La oferta de cereales  ha multiplicado las variedades disponibles, además de trigo y arroz. 7) Si el Nuevo Mundo fue descubierto al buscar caminos que llevaran a la antigua Catay, por canela y pimienta, en la última década han aparecido en los mercados mil y una especias, en envases listos para usar: pimienta de cayena, azafrán, pimienta rosa, curry, cúrcuma… 8) No todo es  descubrimiento, también, en estos años se ha recuperado la costumbre de usar las galletas de la infancia, las de antes –Marías, animalitos- que regresan para elaborar tiramisú, tartas y cuanta cosa se quiera cocinar con sabores fáciles y económicos. 9) Finalmente, hoy existe un amplio espectro de sabores concentrados -salsas liquidas, en polvo- que potencian los sabores y los colores de los platillos de las cocinas
Tuve oportunidad de comprobar lo que digo, al realizar la semana anterior un viaje a la Ciudad de México y encontré, como siempre, muchas novedades, ideas, formas y cambios que me sorprendieron. Fue tanta mi emoción por redescubrir siempre la gran ciudad que sin darme cuenta caminé cerca de 20 Km. Toda una prueba atlética a través de la eufemísticamente catalogada “jungla de asfalto” y se queda corto el epígrafe. Pude comprobar que la anteriormente apacible esquina de Insurgentes Sur y Vito Alessio Robles, donde la cafetería Lynis se convertía noche a noche en punto de reunión de bohemios y políticos, ahora esta convertida en paradero de “metrobús”, con monumento a Clouthier y enorme plaza comercial con tres niveles de establecimientos comerciales, coronada por las oficinas centrales de NAFINSA. Abundan los negocios que la modernidad dependiente ha promovido hasta la saciedad, como Starbucks, Mcdonal’s, Burguer King, Yuppies. Giros novedosos, olorosos, muy visuales, muy caros, más aburridos. En todos ellos el ruido, las luces y colores, la química empleada para atraer y seducir incautos son impresionantemente efectivos. Es el mundo que tanto apantalla a los paisanos que emigran al imperio y dócilmente se integran a ese mundo artificial.
En contraste visité los fabulosos restaurantes de “La Bodeguita de en Medio” y “La Fonda de Santa Clara”, ambos en el sur de la ciudad, dueños de un enorme prestigio, tradición, exquisitez gastronómica y buenos precios. La bodeguita, el tradicional centro cubano en México, con toda la gama de Daiquiris, Martines y Mojitos de categoría. La Fonda Santa Clara, representante de la única cocina poblana, donde los moles y huanzontles, dulces de leche y jericallas, chiles en nogada y pipían de temporada se mezclan con delicias entomológicas no para todos atractivas.
Más al centro, en la confluencia del Paseo de la Reforma e Insurgentes no pude resistirme a visitar una pequeña fábrica de dulces fundada desde 1954. Allí se producen los chocolates en trufa y enjambres así como unas tortugas con chocolate y nueces que se revenden a precios carísimos en los almacenes de prestigio como Palacio de Hierro y Liverpool. Pero la especialidad de este negocio es el “agar”, auténtica goma dulce elaborada con algas rojas desecadas, toda una delicia para el paladar. Por el rumbo de la Colonia San Rafael me detuve en el Sep’s de Antonio Caso. Comida Alsaciana, francesa e italiana. Restaurante que huele a viejo y me pareció caro a pesar de ofrecer una magnifica comida principalmente a base de carnes, pecho de ternera, chamorros, salchichas alemanas, sopas restauradoras y el siempre y tradicional entremés de verduras y paté con panes negros, de ajo y centeno. Platillos con precios que oscilan entre los $300 y $400 pesos, que aunados a las sopas y ensaladas, entremeses y sumados a las bebidas, arroja cuentas de más de $800 pesos por persona.
Pero el lugar que acaparó mi atención, sin duda, fue el Casino Español. Célebre y reconocido comedero en el mero centro de la capital de la República. El inmueble donde se aloja este restaurante, en la calle de Isabel la Católica esquina con Madero es maravilloso. Con exposiciones permanentes de arte y fotografía. Un salón adornado por las imágenes de los Reyes Juan Carlos y Sofía y todo el marco para degustar la comida española, en un salón pletórico de comensales, lleno al tope. La lista de viandas y platillos es enorme. Las sopas y caldos, gallego, de mariscos al Pernod, de ajo. Las ensaladas variadas, de endivias, alcachofas, con salmón, aderezos, los entremeses, entre los que sobresale el jamón serrano de la casa de $400 la orden, y los pimientos Piquillo, una delicia nacional española. Entre las carnes sobresale el Cordero Lechal, el Solomillo, el tierno Lechón, con manzana en la boca y todo. Entre las aves quede con ganas de probar el Pato, pero donde la variedad se torna un caleidoscopio es en los productos del mar. Gambas, langostinos, Caracoles a la bilbaína. Comí por $169 una cazuela de róbalo con almejas güeras y camarones en tinta de pulpo, y la verdad quede para chuparme los dedos. El postre una delicia, probé las natillas y el café cortado inigualable. El pelo en la sopa fue el vino recomendado, unas botellas de ¼ de un tinto joven español pero con demasiados taninos que me provocaron sed y cansancio.
Sin duda que la gastronomía es uno de los mercados económicos-culturales que mas deben promoverse en nuestro país, por el empleo que genera, los sentimientos e inspiración que provocan, el estilo y gusto que traen consigo, las opciones asociadas que derivan –música, juegos de mesa, librerías- por todo eso y más…
.




jueves, 20 de septiembre de 2012

LA LEY DE HERODES... RELOADED


Como lo adelante en la contribución anterior, haré de la reseña de La Ley de Herodes, un ejercicio de la memoria, un desafío a esa parte de la sociedad que deliberadamente trabajo por el retorno del PRI al gobierno de México; y para estas tierras sureñas, alejadas e ignorante –en su gran mayoría- de la historia, la información y la conciencia política,  como material de reflexión (reflejarse en un espejo) antes que el destino previsible y anticipado  nos alcance.  Pero primeramente regreso al mismo inicio de la columna pasada en que abordé la película del Crimen del Padre Amaro, donde denuncie la desaparición de Ruy Salgado @el5anto, fundador  desde hace un año, del medio alternativo de comunicación llamado El 5antuario. Cabe señalar que este blog concentra más de 50 mil seguidores en Twitter; siete mil suscriptores en Facebook, mientras que sus videos han sido reproducidos más de seis millones de veces en Youtube, y su blog ha sido visitado en más de 24 millones de ocasiones. Argumentos mas que suficientes para que, ante el retorno del PRI, haya sospechas justificadas de que la desaparición de Ruy, esté relacionada con la restauración de la Dictadura-PRI. 
Existe un paralelismo entre la desgracia que le ocurre a Ruy y a toda la comunidad de las redes sociales, con el origen de la Ley de Herodes, cinta filmada en 1999 por Luis Estrada. Entonces, el filme no fue bien visto por las autoridades encargadas de la difusión cinematográfica en México y se intento que fuera sometida al filtro de la censura. Aún se vivía bajo la dictadura del PRI y se avecinaba un año electoral decisivo. A pesar de ello, la presión de la ciudadanía consiguió que La Ley de Herodes fuera exhibida en carteleras. Para muchos, la visión de esta cinta tuvo un impacto significativo en el sufragio del voto que desgraciadamente se confió a Vicente Fox y toda la parte conservadora, reaccionaria, tonta y aldeana de México, que durante los últimos doce años destrozo el Estado político mexicano. La carnicería desatada por el segundo titular de la Presidencia, el usurpador Calderón, acabó por orillar a otra parte de la población a elegir-vender-regalar por miedo e ignorancia, su voto –fraude, robo y  usurpación, mediante- para el retorno del PRI, en la figura telegénica –hecho por y para la TV- de Peña Nieto. Que es el gran cambio entra La Ley de Herodes ambientada en 1949 y El te Chingas o te Jodes versión 2012.
La Ley de Herodes es una película magistral, por el tema, las actuaciones pero primero que todo por el realismo de los personajes: La trama comienza en el momento en que el licenciado López (Pedro Armendáriz), secretario del gobernador, decide nombrar a Juan Vargas (Demián Alcázar) encargado de un basurero y antiguo militante del PRI, como nuevo alcalde de un poblado llamado San Pedro de los Saguaros, hasta las próximas elecciones en las que el Lic. López es aspirante a la gubernatura del estado. Vargas afronta su misión con las mejores intenciones, hasta que poco a poco va descubriendo los beneficios del poder y la corrupción. Se transforma así en un tirano capaz de todo, incluso de recurrir al crimen, para perpetuarse en el poder.
Por cierto, un anécdota relacionado con esta película, es el de un día que me  hicieron una visita a un restaurante que tenía en Tejupilco (La Misión) el Cabildo en pleno del Alcalde en turno, y la reacción de uno de los integrantes cuando vio proyectada en las pantallas de los televisores del recinto esta cinta, dijo “usted, como que siempre nos ataca mucho”… Es la versión nativa de la Ley de Herodes. Porque esta obra del séptimo arte, “puede considerársela como una de las grandes películas mexicanas de los últimos cuarenta años, no solamente por su calidad y humor irónico y mordaz, sino también por haber influido en muchos votantes para destronar del poder al partido hegemónico al cual retrata de cuerpo entero, con todos sus vicios, defectos y contradicciones. Lo que llama poderosamente la atención es la capacidad de síntesis de la que hace gala, pues refleja fielmente el estilo de gobernar priísta, las relaciones internas de poder en el partido, sus reglas para llevar a cabo la sucesión de los gobernantes, su forma de relacionarse con la iglesia, con la oposición y con los Estados Unidos, y de cómo mediante el autoritarismo y la corrupción, el PRI, el gobierno, el estado y sus instituciones, llegaron a convertirse en una y la misma cosa. Y todo, con la finalidad de consolidarse no sólo en la cumbre del sistema político mexicano, sino de constituirlo en exclusiva” (Wikipedia).
Aun más importante que la historia misma y las extraordinarias actuaciones de los protagonistas, es la manera en que son abordados los símbolos del poder y la obediencia a lo largo de la trama. La Ley de Herodes es todo un festín simbólico de nuestra clase política, tan corrupta y arrogante que nunca habla con el pueblo. En toda la película, los indígenas no profieren palabra alguna, el pueblo es mudo. Es la divisa, es el estilo, es la Ley de Herodes que vemos diariamente en territorio mexiquense. El pequeño pueblo es además un escenario micro de las acendradas luchas entre partidos, iglesia, empresarios. Y Vargas, a pesar de llegar con propósitos diferentes, termina por entender la consabida frase: que te haga justicia la revolución. La comedia sube de tono, del humor casual, al negro, al drama, para finalizar en la tragedia: nuestra tragicomedia mexicana. Damián Alcázar (Varguitas: el clásico burócrata lambiscón y agachado) lleva la carga narrativa mostrando la lenta y terrible metamorfosis de la ingenuidad a la locura.
El episodio de la pistola y la Constitución, refleja nuevamente la esencia simbólica de la cinta, que es la misma que la del sistema político que retrata: la capacidad de ejercer violencia y la de administrar la Ley. El Estado es así reducido a una herramienta de coacción al servicio de unos pocos frente a la gran mayoría. La pistola posibilita a Vargas intimidar a la población y la Constitución, así como sus reinterpretaciones y particulares añadidos, le permite imponer multas, crear nuevos impuestos y obtener recursos de la gente. La misma Constitución es utilizada en la película para guardar el dinero recaudado, símbolo del uso corrupto que se hace de ella.
Hay que resaltar que Luis Estrada es autor del guión y de la producción, además de la dirección de la película mexicana que denuncia la impunidad en la que vive la clase política. Es el político corrupto, que lejos de ser castigado, es protegido y tapado, garantizándose entre unos y otros la permanencia en el poder. En un momento de la película se afirma: ''El reto para nuestro partido, por el bien del país, es estar en el poder por siempre y para siempre". A pesar de las diferencias de partido, la película sostiene que unos y otros son lo mismo, y en este ácido retrato, el poder eclesial también está implicado, negociando y sacando beneficio del mismo modelo de corrupción. Pero la película también permite observar la otra cara del sistema de corrupción generalizado, la cara de los pobres sobre los que se sustenta todo este modelo. En el caso particular del pueblo de San Pedro de los Saguaros resulta que la mayoría de la población, de origen indígena, no habla español porque no hay escuelas y viven en una situación de extrema exclusión social. Se trata de una población sobre la que se construyen discursos de modernización y progreso, los que justifican infraestructuras y planes de desarrollo, cuando no posibilidades de negocio. Idénticamente, pero de manera dialéctica, en el tiempo presente, el PRI ha conseguido que la población mexicana sometida en los ámbitos estatales donde se ha impuesto, sean gente muda y analfabeta, funcionalmente en términos de los lenguajes de la modernidad, la conciencia, informática, matemáticas. La sociedad bajo el PRI ni sabe leer ni sabe pensar.
Basada en la obra de Jorge Ibargüengoitia “La Ley de Herodes y otros cuentos”, la versión cinematográfica constituye una de las criticas mas demoledoras en contra de un sistema corrupto, venial, sometido a los gringos, asociado con el clero y en equilibrio conjunto con la clerigalla, el conservadurismo ramplón y todas las estructuras corruptas que forman parte del “sistema” que son la mafia y cuya “filosofía” es resumen y compendio de lo peor que existe en México: ¡El que no tranza no avanza! ¡Ahora si me saliste más cabrón que bonito! ¡Te tocó la ley de Herodes, o te chingas o te jodes! ¡Están jodidos porque quieren! ¡Ah que mi licenciado, igual que los demás, na’ más llegandito y ya quiere su mordida! ¡Un político pobre, es un pobre político!



lunes, 17 de septiembre de 2012

EL CRIMEN DEL PADRE AMARO


Quiero comenzar, sin ambages y sin preámbulo alguno por denunciar la artera agresión contra el bloggero Raf11tha, por “porros” del PRI en Tijuana, así como la desaparición de Ruy Salgado @el5anto, amenazado por el Gobierno Federal de colaborar con Anonymous. Porque al cumplirse un aniversario más del inicio de la Guerra por la Independencia de México, el recuerdo del grito del Padre Miguel Hidalgo, solo es un pre-texto, un estado catártico de desahogo, un instante de euforia delirante, para mantener en la simulación, el estado de dependencia que prevalece en México, en la antesala de la restauración de la dictadura del PRI.
Sin más ánimos por el momento, que el intentar procurar la reflexión, haré de la reseña de dos películas mexicanas recientes, El crimen del Padre Amaro (2002) y La ley de Heródes (1999), un ejercicio de ilustración y del recuerdo de lo que mas daño ha hecho a la nación mexicana: el PRI y la Iglesia Católica –“Si en este país hubiera democracia, el presidente usaría sotana”-  Tomados de la mano, derribadas las salvaguardas que las Leyes de Reforma y el espíritu de la Constitución de 1917, impuso como pasaje a la libertad soberana, el PRI y la Iglesia Católica se han reunificado alrededor del poder del monopolio de las comunicaciones TELEVISA, para que una vez sancionada legalmente la compra de la Presidencia, todos ellos, disponerse a fortalecer privilegios, incrementar riquezas y mantener hegemónicamente el poder, a través de la tiranía de las mayorías y mediante el recurso del miedo.
Comienzo por El crimen del Padre Amaro, por la simple razón de esta cinta se transmitió el pasado domingo. Película multipremiada, es el retrato de un clero amoral, coludido con intereses turbios como los del narcotráfico y fundamentalmente interesado en defender su fortuna y privilegios. Película que exhibe a una jerarquía eclesiástica descompuesta y corrupta, donde, la obediencia de los sacerdotes a sus propias reglas queda supeditada al imperio del dinero, la coerción espiritual o al chantaje político. No es una descripción lejana a la imagen de la jerarquía eclesiástica que tienen muchos mexicanos.  Pero no es esa descripción,  la que preocupó al Episcopado Mexicano y a la corte de fanáticos que respaldaron sus quejas contra la película, sino que fueron dos escenas que, vistas en su contexto, resultan menores: el de una beata desquiciada que alimenta gatos y venera monstruosidades; y la escena  cuando el Padre Amaro cubre a su enamorada con el manto que le habían regalado la mojigata esposa del Presidente Municipal,  para adornar la efigie de la Virgen que tenía en la iglesia. Se trata de escenas que ayudan a ilustrar el delirio de  personajes que, con su extravagancia a cuestas, resultan absolutamente verosímiles. 
Sin embargo los impugnadores de la película no se han quejado de la descripción que en esa cinta se hace del deterioro ético de los sacerdotes allí retratados.  No se han incomodado porque a la jerarquía de la iglesia católica se la muestre convenenciera y corrupta. A los prelados y a sus voceros, no les incomodó la historia del párroco que con tal de construir un hospital acepta recursos del narcotráfico a sabiendas de la naturaleza de ese dinero, “Hasta los santos cometen errores, lo importante es reconocerlos” dice el prelado al que interpreta Ernesto Gómez Cruz. Pero en la película, como en la vida real, la iglesia no castiga los errores de sus ministros. Ese pragmatismo del clero, que pronto deviene en cinismo, es descrito de una manera tan congruente y clara que resulta fácilmente identificable con realidades que todos conocemos.  Ese es el auténtico pecado del Padre Amaro. La verdadera falta de la cinta radica en su demoledora verosimilitud.  
Una dirección impecable de Carlos Carrera, logra hacer del espléndido guión de Vicente Leñero, a partir de la novela de Eca de Queiroz, una película cinematográficamente sólida, producida por Arturo Ripstein. Gracias a los destemplados enconos que ha suscitado, ahora es además una película política y moralmente acreditada. El reparto es excelente. El padre Benito, protagonizado por Sancho Gracia, es el cura mandón y acomodaticio que puede encontrarse en centenares de pueblos y en no pocas parroquias urbanas. Rígido en asuntos veniales y complaciente ante grandes pero redituables pecados. Su amistad con la mujer que satisface sus apetitos gastronómicos y carnales (Angélica Aragón) forma parte de la red de complicidades que sostienen el trato entre la parroquia y sus feligreses.  Y qué decir de Dionisia, la loca del templo (Luisa Huertas) en un papel que merece un aplauso especial.  O del presidente municipal, un muy creíble Pedro Armendáriz que despotrica contra la influencia del poder de las sotanas pero que cuando considera que hace falta se allana convenientemente a ellas. Esos personajes son estereotipos de muchos otros que todo ciudadano hemos conocido o de los que hemos tenido noticia. Sacerdotes que tienen amantes, devotas perturbadas entre el incienso, la soledad y el fanatismo, jerarcas eclesiásticos capaces de tasar los pecados en pesos o dólares, gente del pueblo soliviantada por la iglesia en contra de quienes la desatienden o cuestionan.
Pero además, se trata de personajes de carne y hueso. Los curas de la película se entusiasman con el futbol, beben y bromean, sufren y fornican. Alguno de ellos se duele de la obligatoriedad del voto de castidad. “Ay, hijo, es más fácil que haya un Papa mexicano a que la iglesia suprima el celibato”, dice uno de los más curtidos. Justamente, los dos protagonistas éticamente más auténticos de la película son aquellos que no se avergüenzan de sus pasiones   Uno de ellos es el joven periodista (Andrés Montiel) sobre quien se alza la cólera de una jerarquía eclesiástica herida cuando son develados algunos de sus negocios. Todo lo contrario es el editor del periódico que admite que las informaciones escandalosas le sirven, porque así vende más ejemplares.
El otro personaje es el cura comprometido con los campesinos con los cuales ha sido enviado a vivir en una aldea lejana. El padre Natalio había elegido su vocación antes de que fuera puesta a prueba. Su adhesión a la teología de la liberación permite ubicarlo dentro de las tensiones reales que trastornan a la iglesia, pero en su actitud no hay falso voluntarismo.  Ubicado en una zona donde el narcotráfico se extiende con todas sus consecuencias corruptoras y criminales, Natalio muestra una fría serenidad ante vicisitudes que no le toman por sorpresa. Estupendamente protagonizado por Demian Alcazar, ese personaje está con los pobres más allá de la oración y se niega a predicar una falsa resignación ante la violencia. Natalio tiene una integridad de la que carecen casi todos los demás que se muestran en la cinta: es el único consecuente con su vocación y sus principios.
Gael García Bernal representa a un Padre Amaro que se deja llevar por acontecimientos que nunca alcanza a controlar. Se trata, como todos los demás, de un personaje que encuentra la oportunidad de hacer elecciones vitales que le acarrearán sorpresas, consecuencias y costos.  El cura recién ordenado que llega con los ojos muy abiertos y el futuro despejado al pequeño pueblo de Los Reyes, exhibe la frescura y el candor de sus 24 años. Todo le resulta fácil, incluso a la hora en que está en riesgo su carrera sacerdotal. El encuentro con la joven Amelia tendrá consecuencias -un embarazo, un aborto y la muerte de la adolescente- pero la trama no se limita a ese pecado. Antes de ello el relato cinematográfico se beneficia de la lozana coquetería y el también bisoño fanatismo de la muchacha, pulcramente interpretada por Ana Claudia Talancón.
Hay que resaltar que El crimen del Padre Amaro no se burla de las imágenes ni de los símbolos religiosos. Lo que a sus detractores les han parecido transgresiones o faltas de respeto, son situaciones inherentes al mundo colmado de insensateces que llega a existir en el ámbito de una pequeña parroquia.  El crimen del Padre Amaro se burla de los curas tramposos… permite que los mexicanos reconozcan la vertiente aciaga, contraria a las actitudes piadosas, que existen en la iglesia.    

lunes, 10 de septiembre de 2012

LA GRAN COMILONA


“hay dos tipos de comida
la que alimenta el cuerpo y la que alimenta el espíritu
Esta columna tiene como objetivo tratar asuntos relacionados con el buen comer y la gastronomía que es decir lo mismo. La referencia y antecedente obligado son las secciones especializadas en esta materia y que se han convertido en lectura obligada, en todos los diarios de circulación nacional.
Una parte del periódico dedicada a la gastronomía tiene que ver con el desarrollo cultural y comercial de la sociedad. No puede entenderse este servicio informativo de otra manera, si no es por la existencia de un mercado que ofrece y demanda servicios alimentarios de calidad, variedad y precio. Traer a consideración del consumidor no solo la existencia de otras formas de comer, estilo y usos diferentes, horarios, hábitos y costumbres. Atender nichos que la mercadotecnia gastronómica debe trabajar para un consumidor exigente, exquisito, especializado y conocedor.
El esfuerzo por traer al lector todo lo que abarca el concepto genérico de la gastronomía es enorme pero inherente al desarrollo social. Basta recordar que ya hace 500 años, el descubrimiento de lo que Cristóbal Colon llamo “las Indias” tenia como primer propósito la búsqueda de un camino alterno por donde llegar a las lejanas tierras de Katay, la China de Marco Polo. Rutas alternas por donde surtirse de los condimentos indispensables para darle sabor a los alimentos, que al despuntar el siglo XIV, los civilizados pueblos árabes acostumbraban usar con refinado conocimiento y elegante gusto. Las pimientas, canelas, nuez moscada que convertían en manjares, las carnes y harinas propias de la alimentación de los bárbaros, que sometieron al decadente imperio romano, solo se obtenían a precio de oro y a través del comercio con los “infieles” seguidores de Ala.
Por eso la maravilla del descubrimiento encontrado de un continente, el que lleva el nombre del cartógrafo Américo Vespucio, que aportó a la dieta mundial otros productos igualmente deseados al paso del tiempo: me refiero al chile, aguacate, chocolate, vainilla, jitomate por mencionar los más conocidos.
Si la historia de la humanidad se puede dividir en función de los apetitos satisfechos y si el mundo en que vivimos es un mundo estigmatizado por la fiebre comercial, entonces ¿Por qué seguir creyendo que solo de puede y debe comer un pedazo de cecina con chile, una mojarra o un taco de chivo, si también están la trucha, mero, guachinango, cabrilla, pejelagarto, bacalao, que agnus, rib eye, tasajo, churrasco, cabrito, conejo o que langosta, langostinos, ancas de rana? La variedad es interminable ¿Por qué suponer que tortillas calientes, pelucas y ciciriscos son principio y fin de la alimentación cuando los arroces, pastas, shiappatas, baguetes, birotes o tortillas de harina son iguales o mejores? ¿Por qué afirmar que el postre termina en el flan napolitano o los duraznos almibarados, si el ingenio humano lleva el placer del dulce a niveles insospechados?
Aunque existen referencias conocidas sobre el gusto por la comida en los periódicos mexicanos, tal y como las contribuciones de Chepina Peralta o las del siempre recordado Alfredo La Mont, es el diario Reforma quien introduce una sección especializada a partir de 1994: el suplemento Buena Mesa. Esta sección independiente al resto del periódico comenzó con recetas y tips de cocina, junto a una veintena de anuncios de lugares donde degustar las maravillas de la cocina mundial y otros tantos anuncios de escuelas, cursos, maquinaria, productos, servicios y todo lo relacionado al placer del buen comer y beber.
Desde entonces se hizo habitual la lectura de columnas de crítica de establecimientos de comida a cargo de tres firmas. Una columna llamada “Diario Público de una Cocinera”, la cual se adornaba con el aforismo “a la mesa y a la cama solo una vez se llama” y que no sobrevivió mucho tiempo en el empeño de relacionar el placer sibarita del comer con otros deleites del cuerpo. Ha prevalecido la fastidiosa columna que se esconde bajo el sobrenombre de Cony Delantal. Y la otra que la firma atinadamente un tal G.L.Othón que de manera mas seria critica -constructiva y detalladamente- las características de la oferta gastronómica metropolitana. Incluso este periodista califica el resultado de sus andanzas por los restaurantes citadinos a partir de todos los elementos a considerar: recepción, servicio, meseros, decoración, instalaciones, calidad, presentación, sazón y sabor de los alimentos, precios, postres, cava de vinos, tiempos, cocimientos. Todo, absolutamente todo lo indispensable para hacer del comer un placer completo.
Actualmente casi no hay diario que se le respete en el que no aparezcan secciones gastronómicas, movidos por el interés del público consumidor exigente y por un mercado ávido de vender y comprar. Incluso el periódico la Jornada contiene un capitulo intitulado Antropofagia que analiza el sector alimenticio desde un particular punto de vista.
No quiero terminar esta primera contribución sin hacer referencia brevemente al origen y significado del nombre de esta columna semanal. La Gran Comilona es el titulo de una estupenda película dirigida por Marco Ferreri y filmada en 1973: “critica feroz de la sociedad de consumo y bienestar que termina por destruirse” Las actuaciones inolvidables de Ugo Tognazzi y Marcello Mastroniani son magistrales caracterizaciones de un exceso que ya desde entonces se perfilaba demoledor, pero que hoy, creo, soy partidario, actor, miembro y parte de un sector que lucha, trabaja, emprende proyectos y participa para que el destino, todavía no nos alcance.

lunes, 3 de septiembre de 2012

LA GRAN COMILONA


La reedición de una serie de columnas publicadas en el Periódico El Nativo hace unos años, provoco reacciones de censura en mi contra y de calumnias y ofensas. “Trepado en un proyecto delincuencial” como bien califico Toño Tavera, a los motivos del provocador, antes de ser “bloqueado” en las redes del Facebook, la iracundia envidiosa irrumpió con infamias entre mis compañeros del grupo #Yo Soy 132 Tejupilco y Sur del estado, a los que descalifico y desprecio, al estilo cómo se acostumbra al interior del PRI, donde si no se obedece con genuflexión y sinvergüenza, no se asciende en las escaleras laberínticas del poder. Pero esa falta de respeto a la gente libre, me genero otras criticas a mi persona, como la de ser calificado como déspota, demagogo y mesiánico, lo que en realidad constituyen todo un tributo, porque inconsciente me comparan con Andrés Manuel López Obrador, lo cual es todo un honor.
Pero como los motivos de esta contribución es la gastronomía, me valdré de los adjetivos empleados sin saber: déspota, demagogo y mesiánico, para describir a la perfección a los grandes chefs españoles, que han revolucionado la cocina peninsular y convertido a España, en la cima de las tendencias alimentarias, el gusto y la innovación. Me refiero a Juan Mari Arzak (69) que es el origen y tradición, paladín de la buena cocina vasca y merecedor de  3 estrellas Michelines (los máximos reconocimientos internacionales al negocio del restaurante). Ferran Adrià (49) El Bulli la maravilla de la invención y creatividad. Martín Berasategui (51) célebre por su cocina de autor y poseedor único de 7 Michelines. Pedro Subijana (63) admirado en su Akelarre de cocina marina, con 3 Michelines. Ricardo Sanz (53) cocina mediterráneo-japonés y caso único de la primera Michelin por esta cocina en España. Carme Ruscalleda (59) Sau Pau única mujer que con 5 Michelines, lleva a cabo una autentica revolución en la comida catalana. Ahora hablemos de la Paella, el plato nacional de España:
Así como el Mole es un plato representante de la cultura mexicana, o las hamburguesas son sinónimo de la incultura gringa. Del mismo modo que el sushi es un platillo que se asocia con la tradición culinaria japonesa, o las Pizzas con el gran comer italiano, la Paella es a España lo que la Fiesta Brava, el cante jondo y las tapas. Es la Madre Patria.
La Paella es un plato natural y por eso es perfecto. Originaria de Valencia, en el sur de España, la Paella es expresión del medio ambiente y su uso razonable. Un plato creado con los productos de las huertas proveedoras de verduras frescas. De los sembradíos donde cultivar el arroz cristal y de la experiencia en la cría de animales propios del campo.
Además hay que agregar la existencia cercana de costas marítimas donde obtener el marisco y el pescado. Sumar el gusto y la posibilidad del ejercicio cinegético y la existencia sin par de toda la cuenca mediterránea y la abundancia del aceite de olivo como en ningún otro lugar. Solo hará falta una sola cosa más, el recipiente para cocinar todos estos regalos de la naturaleza. Y este recipiente no es otro que La Paella.
Paell
a y no paellera como se dice en muchos lugares, porque paeller@ será en todo caso la persona encargada de cocinar el arroz y sus ingredientes. Paella es el sartén en lenguaje valenciano, al que se le ha quitado el mango y se han fijado unas asas.
Recuerdo haber conocido a la Paella todavía muy pequeño, en un par de restoranes de prosapia en la Ciudad de México. Uno ya desaparecido, “El Torino”, en la confluencia de las avenidas Xola y Coyoacan, en las inmediaciones de las colonias Narvarte y Del Valle. Restaurante familiar caracterizado por las palapas de palma cerrada que envolvían y separaban. Restaurante más italiano que español, más bien mediterráneo. Gran estacionamiento, servicio superior, comida inolvidable.
El otro centro culinario que visito desde niño es “El Hórreo”, exponente de la comida gallega. Además de Fabada, el clásico potaje de alubias y embutidos y de los Caracoles a la Bilbaína, por supuesto que en el menú diario no faltó nunca Paella. Estos referentes son el origen del gusto por la cocina mediterránea. Por supuesto que habrá que visitar el Casino Español y el Centro Vasco y el Restaurante Hevia y El Nuevo León. Todos restaurantes de verdad donde el arroz y el azafrán, siempre han sido una delicia incomparable.
Se pueden distinguir cuatro recetas básicas de Paella: Valenciana, Marina, Vegetariana y Mixta. Esta última la más conocida internacionalmente, las más alejada al principio básico de su cocina. Porque cada tipo de Paella responde a la variedad de sus ingredientes.
Así la Valenciana es una Paella cuyos ingredientes son las carnes de animales del campo y la granja, como el pollo, conejo, cerdo, y embutidos derivados tales como chorizo butifarra, morcilla, chistorra. Y se prepara con caldo de estos animales. La Paella Marina o de Mariscos se elabora con caldo de pescado y se adereza con camarones, gambas, cigalas, calamares, pulpo, almejas y demás frutas del mar. En cambio la Vegetariana, se cocina con caldo de verduras y se complementa con los productos de temporada, que chíncharo, calabaza, zanahoria, sin faltar el pimiento, coliflor. La variedad solo la limita la imaginación.
La Paella Mixta en cambio incluye todos los ingredientes, un plato más festivo, una variedad para degustar completa, pero una mezcla más complicada para saborear. Por supuesto que la regla de oro para lograr una gran Paella lo constituye el ajo, pero principalmente el Aceite de Oliva, del mejor, del Extra Virgen, el conseguido con la primera exprimida de la aceituna y por último el azafrán, este maravilloso producto obtenido del estambre de las flores y único y carísimo por su esencia y colorido.
La Paella es un acontecimiento social. Cada vez más se reúnen familias a preparar este plato. Se hacen concursos, se inventan variedades. Hay Paella Negra, con tinta de pulpo; cocinadas a la leña, o con alcachofas.
Pero si usted desea probar y deleitarse con la mejor Paella en el Sur de México, no deje pasar la oportunidad de encargarla con 24 horas de anticipación, a Cristina al teléfono 26 7 0529  de Tejupilco o a su  numero celular 722 244 9942, quien además le recomendara el mejor vino para acompañar y un postre para terminar como debe ser una comida de calidad.