Hay que colocar fichas de colores pegadas al piso, para que cada una de las gimnastas, conserve su lugar. Son cuerpos en movimiento, frenesí, energía que desborda la parsimonia cotidiana. Es música estridente, sudor, calor, alegría. Se llama Zumba y es un hibrido del baile y la gimnasia. Es la combinación justa, para que se practique deporte, sin el tedio de los ejercicios aeróbicos y con la gracia feliz del baile rítmico.
Los espejos retratan el esfuerzo. La báscula confirma los progresos. Es una manera diferente de encarar la vida. Son mujeres que diariamente se esfuerzan por ser más saludables, porque saben que así, serán mejores. El resultado es un monumento a las mujeres sureñas, a la belleza distintiva de la región, a la determinación, decisión y pasión entregada en cada una de ellas.
En DanZarte se reúne la inexperiencia con la audacia. El gracioso atrevimiento con el esfuerzo. La fe y el sacrificio. El culto a las bellas artes, revolucionado, entreverado con la rítmica, la gimnástica, la melódica y bien pueden estar presentes todas y cada una de las nueve musas: Calíope y la poesía. Clío, la de la historia. Erato, el arte lírico. Euterpe, la que inspira a la música. Melpómene la representación de la tragedia. Polimnia y la retórica. Talía, la diosa de la comedia. Urania con la astronomía y la astrología. Y por supuesto que no podía faltar, Terpsícore, la musa de la danza.
Porque el cuadro físico, que a partir de las 6 de la mañana se dibuja en las instalaciones de la Academia DanZarte, es la base que sustenta el tesoro preciado de las infantas practicantes del ballet clásico. Así es y es verdad. Al ritmo de Bach, Shubert, Paganini, Tchaikovsky, Malher, se cultivan mentes, sentidos, cuerpos, estilos. Muy alejadas del zapateado, del “tachun tachun”. Los gritos, que en el ejercicio de la Zumba retumban, en la praxis del ballet infantil y juvenil mutan por la gracia, la coordinación, el buen gusto y el dominio del alma sobre el cuerpo.
Complementan la juvenil empresa, actividades de cuidado y orientación de niños menores y bebes; guardería para dejar en buenas manos a las criaturas, mientras las madres o tías o hermanas, no fallan en sus rutinas diarias y a todas horas del día, de 6 a 8 de la noche. Hay clases de ingles y cursos de regularización de alumnos y de preparación de estudiantes para exámenes. También se imparten clases de guitarra, de artesanías, de dietética y de complementos en la alimentación.
Ubicada en Tejupilco, en la calle México 68 #15, junto a la tienda Garzal y casi frente al consultorio del Dr. Gersson, La Academia DanZarte es un ejemplo, como los miles que existen en la Ciudad de México. Es imagen del México por venir. Es un deja vu o un “back to the future” en la ínsula en que se ha convertido el Sur del estado de México: aislada del mundo moderno, pero integrada y mal a Texas, Illinois o California, de donde provienen los modales déspotas, arrogantes y mediocres, que han inundado esta región estatal.
En DanZarte, al igual que en los cientos de academias similares que pululan en el centro de la Capital de la República, en las colonias Roma, Condesa, Doctores, se ponen en práctica esfuerzos que demuestran, que “no hay que regresarse a los EUA” o peor aún, “ya no venir”, como sugieren, desde la comodidad de los gobiernos municipales, a los paisanos que allende el Bravo se quedaron sin empleo, por el crack de la economía norteamericana y aquí, en su patria, no se reproducen las ideas para vivir y bien.
Porque México ofrece un clima y el carácter del “pueblo bueno” en que descansa Andrés Manuel López Obrador, la esperanza de cambiar con amor, que no existe en Estados Unidos. Porque los hábitos de gobierno practicados con desdoro, en el estado de México, impide el crecimiento y la maduración de la gente.
Sin estaciones de radio, sin señales de televisión educativas, sin medios de comunicación libres. El sur del estado de México, padece un sistema político, que gobierna con el temor de que la existencia de opciones de expresión, socaven y derrumben el poder del PRI. Por eso se construyen palenques y plazas de toros, en vez de teatros, foros, cines o auditorios. Por eso se continúa ejerciendo el poder político a través de las prácticas clientelares, el acarreo, la extorsión y el chantaje. Los festejos y la complicidad unida, como medio de conquista del poder-botín.
Por fortuna existen emprendedoras -la palabrita ya esta choteada- como DanZarte. Pero el horizonte es inmenso y no hay que caer ni en la imitación y menos vivir con discordia. Existen oportunidades en restaurantes, talleres de cinematografía, escultura, pintura, televisión, campamentos de todo tipo (menos los nauseabundos “gotcha”), artesanías de todo tipo. El auge tremendo de la gastronomía en el mundo, ha despertado una pasión por el buen comer, mas allá del “chivo, tortilla, cicirisco, mojarra y chile”.
Son muchísimas las opciones y las posibilidades por emprender, algo que no sean los consabidos y viciosos “centros cheleros”. Es necesaria la confianza y la determinación. Si se tratara de concluir este ensayo, con la disyuntiva de una noticia mala y una buena: La mala seria que en el Sur del estado de México, deliberadamente se carece de muchas materias, como medio de control político. La buena, sería que esta en las manos de los vecinos sureños, conquistar su propia libertad, a ritmo de Zumba.
Los espejos retratan el esfuerzo. La báscula confirma los progresos. Es una manera diferente de encarar la vida. Son mujeres que diariamente se esfuerzan por ser más saludables, porque saben que así, serán mejores. El resultado es un monumento a las mujeres sureñas, a la belleza distintiva de la región, a la determinación, decisión y pasión entregada en cada una de ellas.
En DanZarte se reúne la inexperiencia con la audacia. El gracioso atrevimiento con el esfuerzo. La fe y el sacrificio. El culto a las bellas artes, revolucionado, entreverado con la rítmica, la gimnástica, la melódica y bien pueden estar presentes todas y cada una de las nueve musas: Calíope y la poesía. Clío, la de la historia. Erato, el arte lírico. Euterpe, la que inspira a la música. Melpómene la representación de la tragedia. Polimnia y la retórica. Talía, la diosa de la comedia. Urania con la astronomía y la astrología. Y por supuesto que no podía faltar, Terpsícore, la musa de la danza.
Porque el cuadro físico, que a partir de las 6 de la mañana se dibuja en las instalaciones de la Academia DanZarte, es la base que sustenta el tesoro preciado de las infantas practicantes del ballet clásico. Así es y es verdad. Al ritmo de Bach, Shubert, Paganini, Tchaikovsky, Malher, se cultivan mentes, sentidos, cuerpos, estilos. Muy alejadas del zapateado, del “tachun tachun”. Los gritos, que en el ejercicio de la Zumba retumban, en la praxis del ballet infantil y juvenil mutan por la gracia, la coordinación, el buen gusto y el dominio del alma sobre el cuerpo.
Complementan la juvenil empresa, actividades de cuidado y orientación de niños menores y bebes; guardería para dejar en buenas manos a las criaturas, mientras las madres o tías o hermanas, no fallan en sus rutinas diarias y a todas horas del día, de 6 a 8 de la noche. Hay clases de ingles y cursos de regularización de alumnos y de preparación de estudiantes para exámenes. También se imparten clases de guitarra, de artesanías, de dietética y de complementos en la alimentación.
Ubicada en Tejupilco, en la calle México 68 #15, junto a la tienda Garzal y casi frente al consultorio del Dr. Gersson, La Academia DanZarte es un ejemplo, como los miles que existen en la Ciudad de México. Es imagen del México por venir. Es un deja vu o un “back to the future” en la ínsula en que se ha convertido el Sur del estado de México: aislada del mundo moderno, pero integrada y mal a Texas, Illinois o California, de donde provienen los modales déspotas, arrogantes y mediocres, que han inundado esta región estatal.
En DanZarte, al igual que en los cientos de academias similares que pululan en el centro de la Capital de la República, en las colonias Roma, Condesa, Doctores, se ponen en práctica esfuerzos que demuestran, que “no hay que regresarse a los EUA” o peor aún, “ya no venir”, como sugieren, desde la comodidad de los gobiernos municipales, a los paisanos que allende el Bravo se quedaron sin empleo, por el crack de la economía norteamericana y aquí, en su patria, no se reproducen las ideas para vivir y bien.
Porque México ofrece un clima y el carácter del “pueblo bueno” en que descansa Andrés Manuel López Obrador, la esperanza de cambiar con amor, que no existe en Estados Unidos. Porque los hábitos de gobierno practicados con desdoro, en el estado de México, impide el crecimiento y la maduración de la gente.
Sin estaciones de radio, sin señales de televisión educativas, sin medios de comunicación libres. El sur del estado de México, padece un sistema político, que gobierna con el temor de que la existencia de opciones de expresión, socaven y derrumben el poder del PRI. Por eso se construyen palenques y plazas de toros, en vez de teatros, foros, cines o auditorios. Por eso se continúa ejerciendo el poder político a través de las prácticas clientelares, el acarreo, la extorsión y el chantaje. Los festejos y la complicidad unida, como medio de conquista del poder-botín.
Por fortuna existen emprendedoras -la palabrita ya esta choteada- como DanZarte. Pero el horizonte es inmenso y no hay que caer ni en la imitación y menos vivir con discordia. Existen oportunidades en restaurantes, talleres de cinematografía, escultura, pintura, televisión, campamentos de todo tipo (menos los nauseabundos “gotcha”), artesanías de todo tipo. El auge tremendo de la gastronomía en el mundo, ha despertado una pasión por el buen comer, mas allá del “chivo, tortilla, cicirisco, mojarra y chile”.
Son muchísimas las opciones y las posibilidades por emprender, algo que no sean los consabidos y viciosos “centros cheleros”. Es necesaria la confianza y la determinación. Si se tratara de concluir este ensayo, con la disyuntiva de una noticia mala y una buena: La mala seria que en el Sur del estado de México, deliberadamente se carece de muchas materias, como medio de control político. La buena, sería que esta en las manos de los vecinos sureños, conquistar su propia libertad, a ritmo de Zumba.
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