jueves, 17 de mayo de 2012

CARLOS FUENTES


Leí “La región mas transparente” cuando estudiaba la Preparatoria. Leí “La Muerte de Artemio Cruz” hace 30 años, al hacerme de una colección estupenda de Lecturas Mexicanas, publicada por el F.C.E. de la cual era el primer número, de la serie de 100 títulos; y me fascine con la lectura de “Aura” hasta que supe que Carlos Abascal, a la sazón Secretario de Gobernación (así de fatalidades trajo el drama gubernamental de Vicente Fox) que era un mojigato, santurrón, hizo que despidieran a  una maestra escolar, que encargo dicho libro, a la hija del espantoso moralista, soldado de Cristo.
En la Biblioteca
El incidente con la intolerancia de los PANazis, me hizo regresar a encontrarme con Carlos Fuentes, en “Tiempo Mexicano” y mas tarde, apenas unas paginas bien leídas de “La Silla del Águila” y una lectura rápida al resto del contenido, que me pareció entre difícil y farragazo, a pesar de que el poeta había sentenciado “Fox no pasará a la historia”. Además, muchas veces utilice los conceptos del prólogo que el Maestro escribió, para una Visión de Altura, hablando de México: sol de agua, sol de tierra, sol de viento, sol de fuego…
Fue hasta el pasado mes de noviembre, cuando el candidato del PRIgnorante se desvelo como un sujeto incapaz de platicar de tres libros; tras el show de striptease de Peña Nieto, que desata y deja que afloren los fantasmas de su inconsciencia culpígena, para balbucear y confundir que “La Silla del Águila”-que trata sobre un Presidente asesinado- no es de la autoria de Enrique (¿Peña?) Krauze, sino de Carlos (¿Salinas?) Fuentes, que nuevamente voltee con pasión, a saber en que estaba trabajando el ilustre mexicano, que ahora, con su muerte, nos revela una realidad que muchos habíamos olvidado y la mayoría de la gente, desconoce absolutamente.
Quizás resulte ocioso mencionar detalles de la biografía personal y literaria de Carlos Fuentes, tras los días que ha durado su duelo, difundido hasta el hartazgo por la televisión y radio, que así desvían la atención social y evitan preocuparse por asuntos electorales. Ahora resulta que todos fueron amigos de Carlos Fuentes y todo mundo conoce y ha leído la obra que escribió su genio. Que es muy amplia, que incluye trabajos en distintos géneros literarios: cuento –los “Cuentos Naturales” y los “Cuentos Sobrenaturales” fueron muy bien vendidos en mi Librería La WeB o N@D@) de Tejupilco- ensayo, relato, antología y novela, además de incursionar en el guión cinematográfico, donde han quedado para la memoria eterna, el de la cinta “Los Caifanes” y la de “Pedro Páramo”, dirigida por Carlos Velo, en 1967.
Creo que sería mejor, retomar fragmentos de una entrevista que las casualidades, que nunca son falsas y siempre auguran el destino, realizo y publico Francisco Perejil en el periódico El País de España, precisamente el día de la muerte de este gran mexicano, ahora inmortal. Porque resulta aleccionador conocer el pensamiento profundo de un hombre que sin saberlo, ese día se encontraba en el umbral de la muerte: “El hecho es que cuando se llega a cierta edad, o se es joven o se lo lleva a uno la chingada”
Esa chingada que es parte esencial para entender la muerte de Artemio Cruz, quien de manera semejante al análisis de Octavio Paz en “El Laberinto de la Soledad”, en el uso del reflexivo, dice Carlos Fuentes: “TÚ la pronunciarás: es tu palabra: y tu palabra es la mía; palabra de honor: palabra de hombre: palabra de rueda: palabra de molino: imprecación, propósito saludo, proyecto de vida, filiación, recuerdo, voz de los desesperados, liberación de los pobres, orden de los poderosos, invitación a la riña y al trabajo, epígrafe del amor, signo del nacimiento, amenaza y burla, verbo testigo, compañero de la fiesta y de la borrachera, espada del valor, trono de la fuerza, colmillo de la marrullería, blasón de la raza, salvavidas de los límites, resumen de la historia: santo y seña de México: tu palabra: Chingue a su madre ...Hijo de la chingada ..Aquí estamos los meros chingones…” Y vaya que valdría de mucho recordar que, esta que fue una de sus TRES obras, comienza, cuando Artemio regresa de un viaje, sufre un ataque gástrico y espera la muerte en su gran mansión, situada en la ciudad de México.  Carlos Fuentes es ingenio que se aleja, regresa y queda, y vive, y eso permite, saber tanto más, que su presencia obstruía. Mucho mas que la sentencia exacta y precisa, con la que define a Enrique Peña Nieto: el aspirante tiene derecho a no leerlo (Guadalajara affaire), pero “"Lo que no tiene derecho es a ser presidente de México a partir de la ignorancia, eso es lo grave"… Mas allá de la afirmación de: “La única posibilidad de una renovación, a pesar del candidato, es la izquierda con López Obrador, y una izquierda que ojala logre el grado de unión que no tiene todavía”. Declarado ferviente partidario de la izquierda opina que “Si algunas de las mejores gentes de México se asocian con él Andrés Manuel López Obrador, hay una esperanza…”
Mas es, lo que queda para siempre: "México es mi herencia, pero no mi indiferencia; la cultura que nos da sentido y continuidad a los mexicanos es algo que yo he querido merecer todos los días, en tensión y no en reposo. Mi primer pasaporte -el de ciudadano de México- he debido ganarlo, no con el pesimismo del silencio, sino con el optimismo de la crítica. No he tenido más armas para hacerlo que las del escritor: la imaginación y el lenguaje”…
Más es, decir que: “Los celos matan el amor pero no el deseo. Este es el verdadero castigo de la pasión traicionada. Odias a la mujer que rompió el pacto de amor, pero sigues deseando, porque su traición fue la  prueba de su propia pasión”
Y no esta de más, grabarse entre ceja y ceja, con el hierro quemador que… “No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres”.



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